Hace ya casi 2 años me sumergí en el mundo de Crossfit y desde ese momento, mi vida ha tenido cambios inimaginables. Crossfit es la disciplina en la que hay que aplicar habilidades de casi todas los deportes, lo cual me gustó pues durante toda mi vida he pasado por muchos de ellos.
Crossfit y yo tenemos una relación de amor y odio, más amor que odio claramente, pero hay momentos que han sido muy frustrantes para mi. Vivo ejemplo de ellos es mi situación actual: mi lucha con los muscle ups. Los quiero, son fantásticos y es mi siguiente meta a lograr, pero al mismo tiempo les temo y han mi mayor obstáculo a vencer por mucho tiempo.
El día de hoy, Jueves 31 de Octubre del 2013, empecé mi verdadera lucha. Una lucha tanto física como mental, una lucha que está sólo en mi, una lucha por remover barreras y limitantes mentales que sólo yo me he puesto. Una lucha por creer en mi y en que lo puedo lograr. En poder llegar, ver esos aros y no tenerles miedo, sino disfrutarlos como otro ejercicio más de mi querido Crossfit. Yo puedo lograrlo pues todo lo puedo a través de Cristo que me fortalece, y esta no va a ser la excepción.
Y sí, me siento estresada, frustrada y presionada, pero verdaderamente en mis intentos pasados no he afrontado esta batalla como deber de ser: no le he puesto el esfuerzo y dedicación que requiere y principalmente, no he puesto mi mente y corazón en ello. Esta vez lo voy a lograr y no me voy a dar por vencida.
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